
Estas Navidades las pasé con tres mujeres de mi familia: mi tía, mi prima y mi hija. Tres generaciones y media, porque aunque mi prima y yo somos la misma generación, nos separan un par de añitos y pico... Cuatro mujeres fuertes. Cuatro mujeres intensas. Cuatro mujeres en distintas etapas de su vida, pero que al final tienen una aspiración común: ser feliz.
Y entre las largas conversaciones que sostuvimos, las sesiones de "shopping", las copitas de vino y el descanso en las hermosas playas de Margarita, hicimos nuestros Mapas del Tesoro. Es un ejercicio de lo más interesante donde, con la ayuda de revistas viejas, tijeras y goma de pegar, cada una colocó en una cartulina sus visualizaciones para este año que comienza, lo que deseamos con fervor, lo que ansiamos lograr profesionalmente, lo que buscamos en materia de abundancia espiritual, económica, de salud, y por supuesto, amorosa. Al final, tenemos nuestros collages sobre lo que debemos trabajar, pedir y buscar para alcanzar nuestros propósitos personales. Cada uno diferente, todos con elementos coincidentes, revelándonos la etapa que cada quien está viviendo.
Tengo mi mapa colocado en un sitio especial, donde lo puedo ver con frecuencia y cada vez tiene más sentido lo que ahí plasmé. Es una ruta, un camino que me dice "sí puedo", una guía que me acerca cada vez a mi tesoro personal.
1 comentario:
Yo también tengo mi mapa del tesoro, e inevitablemente en él están mis seis tesoros (marido, hijas y nietas) bien determinados y un cofre en el cual guardo todos los buenos momentos pasados con ellos.Más allá de que visualicemos nuestra ruta a seguir, lo importante es que al seguirla no nos desviemos de nuestros verdaderos tesoros. Un beso.
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