domingo, 13 de enero de 2008

Tierra de Gracia

Hace un par de años, en un memorable viaje a China conocí a una encantadora pareja de mexicanos con quien enseguida hice buena miga: Justine y Alfredo. Hicimos click en parte porque siendo yo la única venezolana del grupo, se identificaron conmigo pues uno de sus mejores amigos era justamente paisano.

Desde ese entonces, Justine y Alfredo habían amenazado con visitar nuestro país y finalmente este diciembre lo hicieron de la mano de su amigo Jorge. Me sentí muy feliz de haberlos podido ver aunque sea una horitas (ya saben que la próxima vez tienen que pasar más tiempo en Caracas), y me quedé gratamente sorprendida de cómo les gustó nuestro país -sí, ese mismo que carece de infraestructura turística.

Lo mejor del cuento es que en su periplo de un mes que los llevó desde Mérida a La Gran Sabana, pasando por las bellas playas de oriente, les aconteció de todo: diez horas de tráfico para ir de Caracas a Puerto La Cruz; caucho espichado en medio de la noche en la autopista a oriente bajo un aguacero torrencial; tener que dormir en un hotel "de alta rotación" en Acarigua a falta de otra opción; miles de picadas de mosquitos y pare usted de contar. Pero con todo y eso, se enamoraron de los paisajes, de la comida -con especial delirio por las cachapas y el pabellón criollo- y de la hospitalidad de la familia de Jorge.

Les quedó pendiente en el itinerario Margarita y por supuesto, Caracas en su esplendor nocturno, así como decenas de cosas más que querían hacer, por lo que piensan regresar este diciembre. Y yo no puedo más que alegrarme al ver que hay dos personas más en el mundo que ven que a pesar de todo, esta es la Tierra de Gracia y que ahora entienden el porqué uno no se va de aquí.

No hay comentarios: