viernes, 16 de noviembre de 2007

Cemetery Shopping Mall


Cuando estoy de viaje suelo incursionar en los mercados populares en busca de esa artesanía especial o simplemente de alguna buena oferta, pero confieso que no soy muy dada a hacer lo mismo en esta ciudad loca que llamamos capital. Hoy, sin embargo, madrugué y con dos amigas fuimos decididas a hacer "shopping" al mercado municipal del Cementerio.

Con la pinta apropiada -mono deportivo, franela y zapatos de goma, acompañados de la minicartera cruzada- llegamos tempranito, antes de que se formara el bululú y lo primero que me llamó la atención fue las cinco cuadras totalmente tomadas por los buhoneros que debimos caminar desde donde nos dejó el taxi, ya plenamente funcionando antes de que el sol comenzara a calentar. Una extraordinaria oferta de la mercancía más variada.

Una vez dentro del mercado, me topé con el paraíso de cualquier compradora compulsiva. No sólo hay una extensa variedad de modelos, sino que en general son de buena calidad. Y los precios, ¡nada que ver con el este de la ciudad! Lo único poco conveniente es que muy pocos puestos cuentan con probadores. Del resto, hasta punto de pago electrónico tienen una gran mayoría de los establecimientos.

Disfruté enormemente la jornada, la cual resultó sumamente exitosa: dos blusas de algodón muy lindas y una de vestir negra, dramática por supuesto, más un juego espectacular de collar y zarcillos. Ah, y por aquello de que no puedo evitar la mentalidad de mamá, a mi gorda también le salió su regalito.

Después de esta experiencia, sólo puedo decir, ¡prepárate Guacaipuro, que tú sigues en la lista!

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