miércoles, 14 de noviembre de 2007

¿Arar en el mar?


El tema de la reforma constitucional es altamente preocupante. No sólo por las implicaciones a nuestra vida futura en caso de aprobarse, sino porque a estas alturas del campeonato los partidarios del "Sí" tienen montada tremenda infraestructura y campaña -a costa de los dineros públicos, no duda-, y el "No" pareciera que depende sólo de los estudiantes y los radicales talibanes de la oposición.

¿Dónde está el resto del país? Y no me refiero a pronuciamientos. El empresariado, las universidades, la Iglesia han sido muy contundentes en sus mensajes. Me refiero al ciudadano común, a Juan Bimba, pues. ¿Es que la gente todavía no entiende lo que nos estamos jugando? Aquí estamos todavía pensando si votamos o no. ¡Señores! Eso ni se discute. Hay que votar. No importa en que no creamos en el CNE y que nos huela a fraude el asunto. El voto es la única arma que tenemos. El voto los pone nerviosos. El voto los hace cometer errores. El voto es lo que les recuerda que hay una parte importante de país y de pueblo que no "se la cala".

Con el referendo no vamos a salir de Chávez, pero lo vamos a incomodar. Lo que hay que asegurar, además de la participación en las urnas, es la presencia de testigos en las mesas. Es la cuota de sacrificio que cada uno de nosotros debe poner. Postúlate como testigo por el "No" y defiende el voto. Y motiva a votar a todo el que conozcas: tu familia, tus amigos, tus colegas, hasta el mensajero y el taxista. A todos. ¡Empieza ya!

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