miércoles, 4 de junio de 2008

La ociosidad como nexo social

Estoy comenzando a evaluar las potencialidades adictivas del Facebook. Por más de que trato de evitarlo, por alguna desconocida razón no me puedo ir a la cama sin haber dado un paseo por mi Facebook. Es una mezcla de curiosidad y pura ociosidad que tiene la habilidad de sacarme más de una sonrisa cada día.

Y es que esta comunidad virtual me ha acercado a muchos afectos que la vida me había separado y es una experiencia maravillosa poder reencontrar a tanta gente que ha compartido tantos momentos con uno a lo largo de la vida. Para empezar, he descubierto que parte de la razón por la cual le había perdido la pista a muchos es porque simplemente están fuera del país hace tiempo. También, debo reconocer, es que esta vida agitada que uno lleva le va arrebatando la capacidad de mantener el contacto con quienes sí viven todavía en la misma ciudad. En fin, hasta la familia se reune en torno al "feisbuk".

Me he reencontrado con ex-compañeros de trabajo, familiares en el extranjero, y sí, hasta con las compañeras de primaria que me remontan a aquellos días en los que definitivamente eramos felices y no lo sabíamos.

Amo la tecnología. Amo ver que el mundo es verdaderamente un pañuelo. Amo saber que las amistades sobreviven las distancias y los años. Amo el poder disfrutar deliciosos momentos de vagancia sin culpa. Amo mi Facebook.

2 comentarios:

Ileana Hernández G. dijo...

Quizás es hora de que empiece a reactivar el mío, antes de que el aleman se apodere de mi memoria y no pueda ni recordar las caras, aún viendo las fotos.

Juan Antonio dijo...

Me encanta todo lo que escribes, sencillo, con mucho sentido común, buenas ideas muy bien desarrolladas, excelente folsofía de vida.
Si me lo permites, continuaré visitando tu blog.

Saludos